elglobal.- Donald Trump todavía no ha tomado posesión de su cargo como presidente número 45 de Estados Unidos y ya ha hecho saltar todas las alarmas en el seno de la industria farmacéutica.
Su primera intervención pública tras su victoria en las presidenciales
de noviembre y a tan solo nueve días de habitar la Casa Blanca ha puesto
contra las cuerdas a este sector industrial, cuyo mercado en EE.UU es
el primero del mundo. Aunque es verdad que Trump a lo largo de la
campaña esgrimió la bajada de precios de los medicamentos como uno de
sus principales argumentos electorales, que sus primeras palabras fueran
dirigidas al sector farmacéutico ha causado una gran impresión.
Empresas
farmacéuticas de origen estadounidense han tenido presencia en México
desde hace más de 50 años. Pfizer, Jhonson & Jhonson, y Baxter
actualmente emplean a entre mil y mil 500 personas en sus sedes
establecidas en territorio nacional. Uno de los principales atractivos
del país en esta industria, la quinta actividad más importante de la
economía, son sus bajos costos de manufactura, así como la regulación
sanitaria. Sin embargo, este día Donald Trump dijo en conferencia de
prensa que, además de la industria automotriz, también planea que la
farmacéutica vuelva a Estados Unidos para generar empleos allá. ¿Adiós
“Salud es belleza”?