Favorecen
a corporaciones extranjeras
Presidentes de oficinas sudamericanas resuelven controvertidos acuerdos en materia de patentes y marcas. Foto. INPI-BR
Autor: Grupo
Interdisciplinario de Propiedad Intelectual
En marzo
de 2011 la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI) controlada por
la OMC, elaboró un proyecto denominado PROSUR, “Sistema de Cooperación Regional
en Propiedad Industrial” con el objetivo no declarado de crear los cimientos
para la apertura de una oficina de
propiedad intelectual en Sudamérica y la creación de una única patente regional
que formará parte de la ambicionada por las corporaciones multinacionales,
“Patente Mundial”. El proyecto se inició con un supuesto pedido formal de cooperación a la OMPI para camuflar la intervención directa del
organismo internacional en las propias oficinas con la anuencia de los
presidentes de los institutos de propiedad industrial de Argentina y Brasil. Estos
funcionarios y sus organismos se amparan en la autarquía (lograda con las leyes
de patentes de los años 90) para firmar acuerdos internacionales por fuera de
las Cancillerías, el Poder Ejecutivo y los Parlamentos.
El
antecedente de este proyecto se remonta a la década del 90,
cuando OMPI intentó sin éxito, instalar una oficina regional de marcas, patentes,
derechos de autor y conexos en la ciudad de San Pablo, polo industrial de
Sudamérica.
La iniciativa
se detuvo pues todas las fichas estaban jugadas a la firma del ALCA, que
facilitaría la adhesión de todos los países de la región a los acuerdos y
tratados internacionales de propiedad intelectual “recargados de protección” y favorables
a las corporaciones en materia de medicamentos, semillas transgénicas, software,
“industrias” culturales, etc.: todo lo
que hoy pide Estados Unidos mediante las leyes SOPA y PIPA y el acuerdo ACTA,
que incluye a las patentes y las marcas.
La actualizada
iniciativa PROSUR, cuenta con la participación estratégica de las oficinas de
Brasil y Argentina (las mayores en volumen de solicitudes de patentes y marcas)
que dependen de los Ministerios de Industria y Producción; sin estos dos
jugadores de Sudamérica difícilmente pueda llegarse a una oficina y una patente
regionales.